5.31.2010

La Inteligencia Cultural


 
La Inteligencia Cultural
Por Christopher Earley y Elaine Mosakowski





Primero lo primero, por tanto es importante definir la Inteligencia Cultural (CQ) como “El talento prácticamente natural de un forastero, para interpretar los gestos descocidos y ambiguos de alguien, tal como lo harían los compatriotas de esa persona”.  En otras palabras, es la habilidad que tienen las personas de identificar y entender los valores, actitudes, creencias y comportamientos de un grupo de individuos en particular. 

Este conjunto de atributos se adquieren por medio de un proceso gradual que involucra tres fuentes primarias: La Mente, El Cuerpo y El Corazón.  La mente como el aprendizaje mecánico de creencias, costumbres y tabúes de culturas foráneas para lo cual se hace necesario crear estrategias de observación y aprendizaje; sin esto, no seríamos capaces de diferenciar entre rasgos de individuos, de gremios o bien, rasgos culturales.  El cuerpo demuestra por medio de sus acciones y conducta, que ha adoptado los hábitos y maneras culturales de aquellos a los que quiere entender, promoviendo que los sujetos de estudio se abran, confíen más y por tanto brinden más información cultural.  El corazón implica la superación de obstáculos y reveses; si uno no se siente capaz de entender a la gente de otras culturas, muchas veces se da por vencida antes e iniciar el proceso. En contraste, una persona altamente motivada, podrá afrontar las vicisitudes y promover un clima de confianza.

Las personas que están un tanto desvinculadas de su propia cultura, pueden adoptar más fácilmente las costumbres e incluso el lenguaje corporal de un anfitrión foráneo.

Para poder medir el Coeficiente de Inteligencia Cultural, se han generado seis categorías que ayudan a conocer dónde estamos parados: El Provinciano, El Analista, El Natural, El Embajador, El Mímico y El Camaleón.

El Provinciano: Es eficiente con gente similar, pero tiene problemas con las diferencias.

El Analista: Descifra las reglas y expectativas de la cultura, por medio de elaboradas estrategias de aprendizaje.

El Natural: Es altamente intuitivo y por tanto no desarrolla una estrategia de aprendizaje sistemático.

El Embajador: Puede no saber mucho sobre la cultura, pero comunica efectivamente su certeza de que pertenece ahí.

El Mímico: Tiene un alto grado de control sobre sus acciones y conducta, pero carece de la percepción de la esencia cultural.

El Camaleón: Es el estadio ideal ya que posee los más altos niveles en los tres componentes de CQ.

Si se sintió desanimado por no ubicarse como Camaleón, no se preocupe porque se puede cultivar el CQ. Lo primero que hay que hacer es diagnosticarse, verse en dónde está situado realmente.  Segundo, seleccione un entrenamiento que minimice las debilidades evidenciadas en el diagnóstico y por último, Tercero: aplique el las técnicas de entrenamiento.   

Si sigue estos pasos, la dinámica le ayudará a ser una persona más tolerante y a sentirse más cómodo con su persona y su desenvolvimiento en un mundo tan diverso como este.